- ¿Y cómo te puedo ayudar? - musitó Duhal.
- ¿Ves a todos estos seres etéreos?, necesitan ser dirigidos y controlados, y como te decía anteriormente, tú posees un carisma especial. A las gárgolas nos encanta este lugar... y queremos quedarnos con todo esto, tú podrás ahorrarnos mucho tiempo, y tendrás todo el tiempo para estar con Ninfa, de no querer ayudarnos, pues... sería terrible que ya no la vieras por aquí ¿no?
Al escuchar estas palabras, Duhal supo que no tenía otra opción. Lo que más le preocupaba era si Ashtaro sabía lo de su misión con Ninfa, y si sabía qué mensaje debía entregar.
- ¿Qué más sabes de mi Ashtaro?
- Mmmh, ya te dije... sé lo suficiente... sólo me intriga tu interés en Ninfa. Hasta ahora nadie me lo explica, pero pronto lo sabré... Entonces Duhal... ¿tenemos un trato?
Ángel transformado en Elfo en ese momento podría hacer a un lado a Gárgola, aniquilarlo... acercarse a Ninfa e irse, pero debía ser dócil, cubrir las apariencias, y hacer lo que Gárgola quería, no a su modo ya que Ángel transformado en Elfo tenía un plan...
- Bien Ashtaro, haré mi parte del trato.
- Bien Duhal, serás recompensado.
Se estrecharon las manos mirándose fijamente a los ojos. Ashtaro esbozó una leve sonrisa de triunfo, guiñó a uno de sus asistentes e inmediatamente liberaron a Ninfa.
- Adelante Duhal acércate a ella, más adelante te contactaré para que me brindes tus servicios...
Ángel transformado en Elfo se levantó y se encaminó hacia Ninfa, quien se tomaba de las muñecas, sobándose por el apretón del Gnomo que la sujetaba. Sintió que debía acariciarla, que debía protegerla... sentía muchos "debía", pero primero necesitaba ganarse su confianza. Se detuvo frente a ella. Ninfa al sentir su presencia lentamente subió la mirada, y sus ojos enrojecidos llenos de lágrimas se fijaron en los de Ángel transformado en Elfo. Él sonrió y su corazón latió aceleradamente, había tantas cosas que decirle, tantas cosas que contarle... y le extendió la mano.
- Hola, me llamo Duhal... (Continuará)
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