Ashtaro estaba desesperado, ya había pasado mucho tiempo desde que Ángel transformado en Elfo fue hacía el árbol de la hechicera Nindé Palantir.
- ¡¡Gelmir!! ¡¡Ven acá!! - vociferó la gárgola a uno de sus lacayos.
- Dígame Señor...
- ¿Qué sabes de Duhal?
- Hasta el momento sólo sabemos que el elfo encontró el árbol que se le indicó y que pudo entrar Señor, pero después de eso no sabemos más...
- Mmmmh... mantenme informado de cualquier avance del elfo o de cualquier otra nueva que sepas...
- Así lo haré Señor...
La gárgola se apoltronó en un mullido montón de pieles que tenía en su caverna, de un olor penetrante a grasa de animal pero que resultaban bastante cómodas para descansar.
Mientras tanto, Ninfa refrescaba sus pies en la cristalina agua que caía de la cascada, y ya más calmada y triste, meditaba en por qué ese elfo le llamaba tanto la atención. Había hecho caso a su voz interior pero aún así sentía que no era suficiente, quería saber más de él. En su cabeza había una lucha interna... ya que alguna vez un sabio duende le dijo que cuando había paz en el interior de un ser significaba que el universo lo acompañaba en armonía.
Estas palabras se confrontaban con las del mentiroso de la voz interior... pero a pesar de esa lucha, Ninfa seguía muy meditabunda.
- ¿qué te pasa Indis? - exclamó una ninfa amiga de ella que pasaba por ahí y que también disfrutaba del rocío que generaba la cascada.
- hola Ireth, pensaba, sólo pensaba...
- ¿y se puede saber en qué?
- mmmh... ¿te puedo hacer una pregunta?
- sí Indis, desde luego...
- ¿alguna vez has experimentado una paz profunda?
- ¿una paz así como cuando estás descansando?
- no Ireth, me refiero a una paz que va al centro de tu ser, que te permite disfrutar de todo sin sentirte culpable, y que te hace feliz inexplicablemente...
- ¿inexplicablemente?
- sí, es decir... con esa paz todo lo ves diferente...
- mmmh... pues no Indis, no lo he sentido... ¿existe?
- no sé... pero en caso de que existiera ¿tú crees que un ser perverso o malo pueda irradiarla?
- mmmh no lo creo.
- Ireth, y en caso de que fuera malo o perverso ese ser ¿crees que sea capaz de engañar para hacer creer que es una paz profunda?
- mira Indis, yo creo que si algo da paz, es que en su interior hay paz. Si alguien ruin quiere engañar haciendo creer que tiene paz, no creo que sea capaz de mantenerlo por mucho tiempo... y por las consecuencias te darás cuenta ¿no?
- no sé Ireth... en verdad no sé. Te cuento esto porque he sentido una especie de paz así de profunda... pero hay algo dentro de mi que me dice que es un engaño, y no se qué creer, lo más fácil para mi es hacerme caso, pero... ¿qué tal si es verdadera esa paz?, no quiero perderme la oportunidad de sumergirme en ella...
Enseguida, Ireth abrazó a Indis, como un gesto de ternura y entendimiento, como queriendo consolarla sin saber por qué... (Continuará)
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