Ángel transformado en Elfo avanzaba por el bosque rápidamente, tenía prisa por llegar a su destino. Todo le pudo pasar por la mente cuando Ashtaro le dijo que le pediría algunos favores a cambio de poder estar cerca de Ninfa excepto esto.
Ya había transcurrido mucho tiempo y creyó que eso estaba en el pasado. Los recuerdos se agolpaban y se amontonaban en su mente, tenía sentimientos encontrados y revueltos. Trataba de armar nuevamente en su memoria lo que había sucedido y cómo había sucedido. No daba crédito que Ashtaro tuviese alguna relación, o interés, aunque sea de una manera indirecta con lo que había vivido en el pasado.
Sus pies pisaban con fuerza las hojas secas y hacían quebrar las ramas que estaban tiradas, esos eran los únicos ruidos que se percibían en el bosque, como si los pájaros y animales se hubieran puesto de acuerdo para permanecer en silencio.
Al fin, Ángel transformado en Elfo se detuvo ante un gran árbol que aparentaba tener muchos años. Sus ramas se retorcían de tal manera que semejaban unos brazos tétricos que poseían unas garras, y que se abalanzaban una sobre otra cuando el viento las hacía mover. Era un árbol tan ancho que bien podría caber en su interior un regimiento de duendes. Empotrada en ese árbol estaba una puerta metálica que tenía un par de antorchas encendidas en cada lado de la misma.
Hacia tiempo que no se paraba ahí, de hecho mucho tiempo. Se acercó a la puerta y ésta empezó a abrirse lentamente, crujía de una manera que erizaban los cabellos. Dentro del árbol se respiraba un ambiente húmedo y fétido, y Ángel transformado en Elfo empezó a arquearse de náuseas.
Él dudaba ahora en cumplir su misión, que consistía en tomar algo que había perdido y que le pertenecía. Algo que por se muy joven y temeroso no pudo recuperar, y que ahora tenía la oportunidad de hacerlo suyo... aunque fuera por un momento, ya que Ashtaro le pidió recuperar la llama siempre viva y llevársela para dominar el mundo etéreo.
Esa llama ahora la poseía la hechicera Nindé Palantír, y se la arrebató a Ángel transformado en Elfo, tras engañarlo y seducirlo. Desde ese momento en que Ángel transformado en Elfo había perdido la llama siempre viva no podía experimentar lo que era el cariño de los demás. Sabía que lo querían pero no podía sentirlo, y así se había acostumbrado a vivir.
Ahora podía recuperarla y saber cómo era ese cariño aunque sea por un instante... si primero era capaz de arrebatárselo a Nindé Palantir... (Continuará)
1 comentario:
Sensei le recomiendo que lo recopile y lo publique como un cuento... va bastante bueno...
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